miércoles, 27 de enero de 2010

Helados

Es un época extraña esta que transcurre en las últimas semanas. Como mucho helado; y es que no sólo es por el sabor o la frescura necesaria en estos días de intenso calor que azota a la ciudad y a mi pequeña cabeza; sino que me siento identificado con ciertos elementos simbólicos que trae consigo este delicioso manjar.

Será que los colores me llevan a recuerdos perdidos bajo el polvo del silencio; que me sumerge en vivencias que me llenan de vainilla o rosado, chocolate o marrón. Será que mi corazón, de tanto siempre sin amores apasionantes y aprisionantes, se ha vuelto frío, congelado en el mismo espacio de siempre. Será que este sol derrite mis sentimientos encausados en holas y adioses, en mentiras llenas de promiscuidad, en silencios disipados en tardes de frío invierno.

Todo eso confluye cuando tengo un helado al lado. La última cuchara y el plato vacío me recuerda que no es tan fácil pensar en desamores y rechazos.

martes, 26 de enero de 2010

Plan de miradas

Los viajes son inciertos. Son de esas galletas de la fortuna, de esos horóscopos de diario chicha que nos confundirán con un disparate eterno o con un media verdad que dibuja nuestro camino del día. Cada nuevo suspiro que se confunde con el motor del vehículo en mención tiene una conotación diversa y especial.

Hoy le toco a las miradas. Pequeñas caricias distanciadas por asientos y parroquianos colgados en barandas. Se escurren entre la gente apachurrada en el pequeño espacio silenciado con luz de neón y llegan al destino correcto: otra mirada inquisidora que pretende ser correspondida.

Es mi caso. La joven de al lado me mira con cierta inmediatez tenebrosa, con desliz fatal, con cierta manía extraña. El cabellos le cae en la cara, pero la mirada se acerca de a pocos, con tremendas ganas de tenerme ahí, crucifijado en su mirada, en su silencio mordido.

Cuando todo parece ser estremecido por un calor perverso y siniestro, baja del micro. Adiós mirada cruel.

jueves, 21 de enero de 2010

Con sueño...

 Mañana la historia de las miradas que se comían entre ellas en la combi...

si es que no me sucede algo más interesante en la combi, de nuevo.

miércoles, 20 de enero de 2010

Desconocido

Hoy volví a las clases de inglés y parecçian siglos que no veía esos rostros apacibles y esas frases que retumban a cada repetición, con buena pronunciación, con decisión e intención. Vi a los chicos y chicas, a las profesora, a las letras en la pizarra y mis libros en blanco de ausencias consentidas y los seguí en el canto repetivo y mecánico.

Veía los rostros y las letras y parecían años, siglos. Me sentía nuevamente nuevo, como la primera clase, como el chico indeseado y molesto que lo botan a la esquina, con temores y molestias impresa en su rostro.

Pero todo pasó al minuto.

martes, 19 de enero de 2010

Tolerando

Hoy tuve que lidiar con tu recuerdo que se apretujaba en mi cabeza llena de sarcasmos y malos momentos. Tuve que sacudirme la cabeza con antiguos amores y nuevas ilusiones, con salvajes encuentros y suave caricias, con fotos quemadas y cartas escupidas.

Hoy pude ver que tu rostro no tiene el mismo trajín que en las noches en vela, cuando estabas conmigo bajo la luna de la luz, bajo la cama de las sábanas, tras tu boca en mi beso. Tuve que esconder y reprimirme para no toparme con tu ilusión enmarcada en la pared, con el silencio que se perpetua desde tu huída.

Apareciste y te toleré; como ciertas veces en que apareces y no vuelves.

lunes, 18 de enero de 2010

Aciertos en inciertos

Ayer te vi cruzar la calle y dejé que te vayas. No quise molestarte con holas aprisionados en sentimientos ajenos o revueltos. Te dejé ir, con tu andar desinteresado, con tus ojos fijos en el horizonte. Yo te seguí con la mirada, con el viejo rostro que busca que voltees y que me digas el holas que tanto se contrasta con el mío. Pero sigues de largo.

Yo también. Camino para la otra dirección, dejando tu andar sensual y tu cabello que bailotea a cada paso.

Adiós.

Cielos en mi cabeza

Nunca pienso que es imposible no poder sentir las gotas en pleno verano. Siempre había guardado esa pequeña esperanza bajo cielos amarillos con soles celestes, con nubes en las aceras y con autos en el mar de altura que esta arriba de mí. Este verano es para mí esa imposible explicación de una llovizna en enero. Estoy en Amil, aunque digan que no es, que es muy al sur, que el cielo es otro cielo, que la tierra es más asesina y propensa al olvido. No pensé nunca que llovería en Lima en enero; y aquí estoy, con lentes mojados y cabello ensortijado.

domingo, 17 de enero de 2010

Deliberadamente enamorado

Me enamoro deliberadamente. De un rostro que he visto poco. De una voz que sólo me ha dicho hola. De una mirada que me ha visto de soslayo, sin importancia, por sola curiosidad. De una sonrisa que he visto de lejos, de conversaciones amigables y lejanas. De fotos en páginas y de escritos en mi mente. De referencias confusas y de amigas que me dan visto bueno. De preguntas sueltas y de respuestas importantes. De tu simple nombre, que aparece y desaparece en mi memoria hasta comienzo de clases.

Me enamoro deliberadamente de tu ensordecedor recuerdo. De tus ganas de hacer contigo lo que no puedo con tu imagen en mí.

Del amor y otras drogas.

El alcohol es, en cierta medida, un aliciente para dejar nuestra imaginación al aire y dejar fluir proyecciones de lo que nuestros sentimientos quisieran obtener. Un corazón solitario, unos cuantos litros de alcohol en la cabeza y un viaje de casi 1 hora para llegar a casa son los ingredientes para que nuestra mente libere historias jamás pensadas, recuerdos nunca ocurridos, deseos que tal vez no pasarán alguna vez.

Y es que como el trago eterno, materia prima del desahogo y desamor, el amor es una droga que no te permite dejarla así nomás. Que vuela por el largo trecho de nuestra imaginación, de nuestra concepción del corazón trágico y crea historias que quisieramos que ocurran de una vez, entre lamparas encendidas y velas apunto de fenecer.

La veo ahí, a través del cristal, y la deseo.

sábado, 16 de enero de 2010

La tierra de mi sur

En esta ciudad la tierra es tan parecida a la mía, pero diferente al fin; con autos que explotan fuera del asfalto, con tentativas de verde color que intentan apropiarse del pálido color de la tierra. En este sur el cielo es gris, pero llueve. No sé si llora de tanto desorden o de mi prejuiciosa ignorancia, pero gotea y me alegra.

El escenario es un encuentro de casas incrustadas en el paisaje de montaña, de arena infinita que fluye de todos lados. Los sonidos, el olor, característicos de cada zona. Los rostros, que parecen tan distintos a los de mi sur, que hacen maravillas con mi prejuicio, plasmándolo al infinito, a la inconciencia que trasmite el lugar con mi valoraciones que son cada vez más erroneas. Veo que hay lindas chicas por acá, con vestidos de colores y mostrando un pedazo de su alma que me hace feliz.

El olor de desmorona en mi nariz. El olor si es distinto, o es que mi olfato aún no se adecua a este lugar que conozco de a pocos. Mientras el vehículo avanza voy llegando a mi sur y veo que los rostros cambian, o eso intento creer. El paisaje también y tal vez fue que me obligó a ver otros rostros.... pero son los mismos, el mismo escenario, el mismo olor, las mismas personas.

Será que el hogar marca un hito de comparación... y de diferenciación.

miércoles, 13 de enero de 2010

Sobre besos y miradas

No hay nada extraño en ver a un pareja besarse en un asiento delante del mío. Enamorados, fieles servidores de sus pasiones, dejándose llevar por el lúnatico ser que vive dentro de sus pechos, de su corazón latiente, casi salvaje explotando por el amor y el deseo...

No hay anda extraño en eso hasta que siento una mirada inquisidor que me persigue, que me ve viendo a través de la ventana el paisaje sideral. No es nada extraño ver como dos enamorados se besan; pero lo es cuando la mirada viene de ahí, en práctica intrigante y extraña.

Me ve. Los labios besan, pero los ojos me escrutinan bajo la aparente demostración de amor. La veo unos segundos... no puedo contener la mirada y me alejo con una sonrisa interior. No encuentro nada más despreciable que ser observado por el amante de otro. Cerrar los ojos en el momento del beso solo significa que no hay nada más importante en ese instante que demostrarle el amor y la dedicación al otro.

Pero ella me ve, con los ojos puntiaguados y yo la trato de esquivar...

Sobre escribir y otras ociosidades

Lo que pasa al escribir es que uno tiene la idea de dar una historia que sea interesante. También puede transmitir una historia que de interesante no tiene nada; para eso están los métodos poéticos y literarios que permiten darle esa hermosura que atrae a la lectura.

Hay casos, como en el mío, en el cual no sabe si una historia será los suficientemente interesante como para no abusar de la poética. O sí he abusado tanto del verso en prosa que elimino un poco la historia que trato de narrar. A veces leo mis cuentos y son muy simples, o quiero creer eso, o que le falta algo. Palabras, construcciones linguísticas o poéticas que lanzan una buena lectura de vez en cuando.

Sobre escribir y estas cosas últimamente me tiene en vilo. Escribo,  y mucho últimamente... pero cantidad no implica calidad. Necesito opiniones críticas.

martes, 12 de enero de 2010

Viaje

¿Qué es la vida sino el eterno viaje de un destino a otro, algunos sin sentido otros sin regreso?
Estamos en constante viaje, de la casa al trabajo, del trabajo al estudio, del estudio donde la pareja, de la pareja al sexo frívolo y callejero.

De vivir a morir.

Estamos en constante viaje; hay un especial, que no tiene regreso.

lunes, 11 de enero de 2010

Tomba, tombita

En uno de mis nocturnos viajes colgantes en la movilidad de la baja policía, me crucé con una policía de verdad. Tenía el cabello corto y los ojos de almendra sin nada que infringa la ley. Sonrisa que no puede ser autoritaria ni que dé miedo, temor. Estaba infundida en un traje policial que la apretaba toda y que me me obligó a salir volando del vehículo.

Recogía un tanto de recuerdos desechados cuando se acercó con la sonrisa que se aprieta bajo el casco de la policía de tránsito, hablando con José, el chofer del vehículo de la Baja Policía, haciéndola sonreír. Fue ahí que me percaté de su sonrisa perfecta, de sus ojos almendras. Me acerqué de a poquitos, tirando los recuerdos desechados en el gran vehículo recolector. Hablaban de velocidad alta y que diera el ejemplo por trabajar en la municipalidad. José asentía a todo y yo era pura baba.

Al termino de su labor, la Tomba subió a su moto con movimientos sensuales y fuertes, casi disciplinarios. Volteó para vernos y yo seguí siendo todo bobo. Antes de arrancar me miró y se fue, con la moto, con sonrisa, con todo. En eso sentí un golpe en la cabeza, era José que me dijo: ni la mires mucho que casi nos pone papeleta.

Y me mandó a seguir buscando trastos que llevar.

domingo, 10 de enero de 2010

Poemetría

Llevo la pesadumbre clavada en mis pies
arrastrándolas sin remedio.
Tengo el silencio en una pequeña bolsa
para que me deje dormir.
Los párpados se cierran
de tanto
en tanto
esperando una luz
que me ciegue estando
dormido.
Espero un suspiro
que entre sueños
no haga más que hacerme gritar
y gritar
hasta que todo se convierta en eterno
resplandor
de tu silencio
y mi olvido.

sábado, 9 de enero de 2010

Desvaríos: Baja policía

Encontré trabajo en la municipalidad de Chorrillos, apoyando a la Baja Policía. Me gustó el nombre y acepté el trabajo, hasta que me di cuenta que era eso de recoger la basura y demás. No me molestó y acepté el trabajo.

Lo que me gusta de este trabajo es que es de noche y el sol no jode en situaciones difíciles y carreras amenzantes. Voy colgado al patrullero gigante de la Baja Policía, viendo restos de sueños y esperanzas en las esquinas; de amores no correspondidos y ilusiones marcadas en papeles con crayones. Los encuentro en bolsas lanzadas desde puertas, o en puntos de acopio con deseos y sueños a montones.

Cargos todo y lo lanzo a carro recolector. Siempre hay veces que encuentro algún deseo que me guste o un sueño entretenido y los guardo. En otras, hay amores de otros que me atraen y trato de buscarlos para comenzar algo; pero me doy cuenta de que yo también podría caer en otro desamor, y tendría que lanzarlo yo mismo al camión de la Baja Policía.

Con quién no me meto es con las ilusiones. Ya con las mías son suficientes.

viernes, 8 de enero de 2010

Canciones para morir con los ojos agüados.



Cambia tu corazón

Mira alrededor tuyo
Cambia tu corazón
Te asombrará.
Necesito tu amar
Como el amanecer.
Todos tienen que aprender alguna vez
Todos tienen que aprender alguna vez
Todos tienen que aprender alguna vez

Cambia tu corazón
Mira alrededor tuyo
Cambia tu corazón
Te asombrará.
Necesito tu amar
Como el amanecer.
Todos tienen que aprender alguna vez
Todos tienen que aprender alguna vez
Todos tienen que aprender alguna vez

Necesito tu amar
Como el amanecer.

Todos tienen que aprender alguna vez
Todos tienen que aprender alguna vez

Todos tienen que aprender alguna vez… m-m-mmm…

Y eso es totalmente Cierto… todos tenemos que aprender alguna vez… eso…
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Como para morir y no levantarse.

jueves, 7 de enero de 2010

Ramón y sus situaciones extrañas

Desde el fondo del carro Ramón se muere de calor. La prisión de la combi lo convierte en sudor que resbala de sus sienes, que se posan en sus cejas, que no lo dejan leer, pensar, cantar, dormir. Busca una ventana que abrir, pero todas tienen celadores que no perciben el calor. ¡Qué tienen en la cabeza! Ramón es un máquina de desesperación y bochorno.

Sólo es necesario prestar demasiado atención en alguien o algo para olvidar el bochorno de principios de año: un recuerdo, una canción, un cuento entretenido, el inicio de un relato; y lo que no falla, una mujer que te mira como la miras. Ramón la ve subir al carro y posarse en la parte posterior del vehículo. Cabello largo y oscuro, facciones delicadas y propensas al cariño, cuerpo no se deja ver por el vestuario y los parroquianos a su alrededor. Sus ojos que chocan por minutos, por varias cuadras, por algunos distritos. Se llega a sentar, pero el contacto sigue presente... hasta que bajan.

Bajan en el mismo lugar. Ramón nunca la había visto por ahí. Al acercarse a la puerta se rozan con místico deseo; aún cruzan miradas que se entremezclan con el llamar bullicioso del cobrador, con lo estentóreo del motor. Ambos bajan casi pegados, se siguen mirando cuando descubren que se dirigen a direcciones distintas. Ramón es un manojo de deseo, pero lo traiciona la timidez. La joven toma la iniciativa y se besan. Se besan con calle, con vehículos, con transeuntes, con bocinas atronadoras y ladridos cotidianos.

Se separan, nunca le había ocurrido, pero disfruta la experiencia de tener un contacto más que visual con un desconocido. Ramón suspira casi al instante mientras cambia el rictus en su rostro.

- Bueno -dice-, ahora viene lo más difícil... Conocernos.

Es un juego de azar. No tan sencillo y divertido como un beso.

miércoles, 6 de enero de 2010

Noches

Mis noches son cada vez más inesperadas. No sé que me puede deparar la hora de dormir, sino es más que silencio, oscuridad, ojos abiertos sin descanso y recuerdos que ya carecen de sentido y se desgastan de tanto evocarlos. Las noches son ahora situaciones que no insmiscuyen al relajo ni a la solución al cansancio. Es más, me estresa, me pone nervioso, me hace temblar.

Las noches más tranquilas son esas las que no me dejan dormir.

lunes, 4 de enero de 2010

Insomnio

La noche y su silencios que no dejan dormir. Hay demasiada oscuridad que obligan a mis ojos a mantenerse abiertos. No hay qué pensar, no hay qué inventar, no hay ovejas que contar. Prendo la TV y todo me parece más superficial que nunca, al parecer por fin me he aburrido de la caja asesina. La apago y todo vuelve a la quietud inquietante.

Prendo la radio. La música solo me obliga a volverme más receptivo, a los detalles de la noche. No logran hacerme cerrar los ojos. La apago y vuelvo a escuchar los ruidos que provienen lejos de la casa, en el primer piso, en el pasadizo del segundo piso, en el techo. Seres que rondan mientran nosotros cerramos los ojos para dejarlos andar en su mundo de oscuridad y silencio.

No puedo dormir. Cojo mi última opción: un libro. Leo con presteza varias páginas que me enganchan, dándole vuelta a mis intenciones. Pero los segundos avanzaban y mis ojos se dejaban llevar por la modorra, por ese sentimiento increíble que ahora deseaba más que nunca. Dejé el libro, se me cayó de las manos.

Me dormí.

sábado, 2 de enero de 2010

Sobre cuerdas y afinaciones

No sé qué tiene Pink Floyd que es mi super banda preferida por siempre / Será que toca bien su guitarrita / No, no es sólo eso... el piano y sinttizador también me gusta, la letra... es otra cosa / ¿Qué son puro rock? / Na! No son puro rock... será que me gusta eso que dices... que no sólo son un banda de rock y que se quedan en sus instrumentos, sino que exploran otras cosas, otros ámbitos, otros sentimientos, otros caminos.

¿Entonces no te gusta los Rolling Stone y ni The Who? / Discrepo... los Rollings tiene esa capacidad de querencia por su fuerza y actitud... pero no tiene ese tipo de melodía que me pudiera gustar / Es bien blues.../ Sí..., pero también juega con el R&B y con el soul que me despoja un poco de mis afecciones sobre el rock / ¿Esa combinación no te gusta? / No. La subjetividad juega mucho en elección de música que podría escuchar.. The Who es otro caso, me gusta mucho su estilo agresivo y sucio, pero al final, con mucho sintetizador dejaron de gustarme tanto... aunque con Won't Get Fooled Again me loquean... será que el cantante es tremendo.

¿Así que el cantante también juega un buen papel? / Eso es lo bueno del rock y creo que de la música en general... Las bandas son el resultado de un trabajo en conjunto o de la eminencia de alguno de sus integrantes. Los Rollings son una banda, una piedra angular, una mesa que si le cortas una pata podría ser sustituída... o convertirse en silla con Jagger y Richards / No sucede en todas las bandas... / A no... claro que no. The Who perdió a uno de ellos y siguió haciendo rock por amor a la música pero no pudieron ser los mismos sin la fuerza de Moon... igual con Zeppelin, pero a ellos le ganó su fuerza por Bonham... lo mismo pasó con The Doors... pero sin Morrison... ni en silla terminaron.

Todos viejos... ¿nada contemporáneo? Soy como esos viejos que no quieren escuchar a nada más que música clásica siendo interpretada por directores y bandas siempre las mismas piezas... Bueno, yo soy lo mismo pero en hippie: siempre dándole a los viejos temas en el mp3 / Por eso les dicen los clásicos ¿no? / Ajap... hasta el pop, con The Beatles, terminaron dándome una paliza al ver que ellos eran uno de los clásicos más grandes... pero con el rock.

Frases en cadena

"Todo lo sólido se desvanece en el aire"
                                                          Karl Marx

"Prefiero explotar que desvanacerme"
                                                          Kurt Cobain

viernes, 1 de enero de 2010

Entre fogatas y cenizas

Ver el danzar del fuego en plena oscuridad principiante del año trae ciertas sensaciones que se vuelcan en nuestra mirada petrificada, situaciones amplias y sofisticadas que uno mismo trata de obviar, pero que siempre permanecerán en el lóbulo especial de recuerdos jodidos.

La fuego me muestra rumores de un fracaso, de unos ojos que siempre aparecerán bajo los designios del alcohol, tras el ruido caústico del mar, batiéndose a los pocos pasos. Su rostro explota bajo ese paisaje que se siente apacible por momentos, y muy triste por segundos.

Tal vez esa sea la maldición entre el fuego y la ceniza, entre el humo que me enceguece y me hace lagrimear, entre la brisa marina que llega a mi aterciopelada piel, esa arena que se inmiscuye sin querer en rincones que ni nosotros mismos conocemos.

El recuerdo de que eres alguien que jamás supe si llegué a amar o si me llegarías a amar.